La Fajalauza es un tipo de cerámica popular originalmente elaborada en el Albaicín granadino que se caracteriza por su decoración en azul o verde de diversos motivos vegetales. Pero, ¿qué hay detrás de este tradicional trabajo manual? ¿Quiénes inventaron la Fajalauza? ¿Cómo se ha desarrollado en el tiempo? ¿Qué está ocurriendo actualmente con la misma? Quédate, que te cuento todo en este post.
Vajilla tradicional granadina
Qué es exactamente la Fajalauza
Como ya te contaba antes, la Fajalauza es un tipo de cerámica muy particular de Granada. Fue en este lugar donde nació hace ya más de cinco siglos (inicios del s.XVI).
Estas piezas de cerámica pintadas a mano se continuan utilizando para la construcción y decoración de interiores (vajillas) y de exteriores (patios de azulejos). De hecho, muchas de las casas tradicionales están decoradas con la misma. ¡Yo misma recuerdo ir de niña a casa de las amigas de mi abuela y reunirnos sentadas en un patio decorado por hermosa Fajalauza!
De hecho, hablando de curiosidades, una vivencia personal que tengo es la de cuando mi abuela me llevó al taller de un artesano siendo yo una niña para que éste me fabricara mi propio plato de Fajalauza. Uno que tuviera mi nombre. Aquello era algo típico en Granada y es uno de los recuerdos más bonitos que aún conservo.
La puerta del Albaicín que lleva su nombre
La historia es curiosa. Resulta que la muralla del Albaicín, construida alrededor del siglo XIV y que dispone de seis accesos, conectaba por uno de ellos con el gremio de los alfareros en la época cristiana. Como sabes, esta cerámica tan peculiar se realiza de forma artesanal por los alfareros, esos profesionales cualificados en este arte. Por entonces, eran varios los talleres de cerámica los que se ubicaron cerca de este acceso, de esta puerta.
El nombre actual lo recibe debido a que solo uno de estos talleres ha permanecido activo hasta nuestros días, dotando de un nombre único a esta cacharrería tan característica de Granada. He ahí el nombre.
Cuál ha sido la historia de esta cerámica española
Brevemente, como ya te comentaba antes, hay pruebas de que esta cerámica nació a principios del siglo XVI. Sin embargo, no llevaba este nombre por aquel entonces, sino el nombre de la familia alfarera que la creaba. Esta familia era la familia Morales, ubicada junto al resto de sus compañeros de gremio en uno de los accesos de la muralla del Albaicín.
La cerámica a la que los Morales dieron vida tiene influencias de otros estilos que ya existieron durante la Edad Media y que se fabricaban en Úbeda, Talavera o Cataluña. No obstante, a pesar de estos influjos, la ahora conocida como Fajalauza se creaba ya entonces de forma única. Su origen es cristiano pero, sin embargo, su modus operandi es árabe. Esto se debe a que se utilizaban hornos moriscos en la elaboración de la misma y a que la forma de trabajarla está contemplada bajo la influencia mudéjar.
Por otro lado, los materiales que se utilizaban para realizar esta cerámica se obtenían de la propia provincia. El agua se recogía de la acequia Aynadamar y la arcilla, por su lado, la obtenían mezclando dos de diferentes localizaciones. La primera localización se encontraba en la Fuente del Moro; la segunda, en la zona del río Beiro.
Un proceso de elaboración único
Hasta el siglo XX, la Fajalauza se hizo en talleres artesanales de carácter familiar, organizados en gremios, y todo el proceso se hacía en el taller (extracción y preparación de la arcilla, torneado de piezas, secado, decoración o vidriado, cocido y venta). Hoy, como sabemos, hay una fábrica en la carretera de Murcia que tiene este nombre y es donde se produce esta peculiar cacharrería granadina.
La técnica que se usa para realizar esta cerámica tan característica en Granada es la de utilizar un torno excavado en el suelo y un horno árabe heredados de la época nazarí. Desgraciadamente, este horno ya está en desuso al introducir la nueva maquinaria con la llegada de la electricidad.
Eso sí, el proceso sigue siendo totalmente artesanal y es la única cerámica tradicional que queda en la provincia granadina al conservarse casi intactos el estilo y la forma de trabajar el barro desde su origen.
La evolución de sus colores y estilo
En su nacimiento, la Fajalauza se singularizaba por su estilo sencillo donde se utilizaban los tonos blancos alternándose estos con los azules o los verdes. Los motivos representados eran, sobre todo, vegetales.
El diseño de esta cacharrería cambió con el paso del tiempo hacia una donde abundaban gran cantidad de motivos además de los vegetales: la representativa fruta de la granada, los pájaros o las flores. En el mismo ítem de cerámica se plasmaban varias de estas figuras que se hacían compañía en colores ya más vivos, que se añadieron a los que antes había.
La situación actual de la Fajalauza
La cerámica Fajalauza está enmarcada dentro del sector artesanal que, desafortunadamente, se encuentra en peligro de extinción. La escasez de promoción de este sector, de ayudas al mismo y el inexistente interés de los jóvenes en desempeñar estas labores hace que no haya relevo generacional y que, por lo tanto, esta popular alfarería corra el riesgo de desaparecer.
Además de esto, se suman prácticas desleales de la competencia que no hacen otra cosa sino fomentar la compra de productos de imitación y nada representativos de nuestra cultura, que le hacen un flaco favor a los que se producen en la propia Granada.
Finalmente, tampoco podemos olvidar que la familia Morales es la única que se dedica a esto. Es decir, solo tenemos una fábrica familiar que se encarga de producir la Fajalauza de forma tradicional a nivel mundial.
La cerámica de imitación y la competencia desleal
En lugares como la alcaicería de Granada, aparentemente tradicionales pero muy turísticos y vacíos, tristemente se da la realidad de la venta de productos tradicionales de imitación. Son una presa fácil para los turistas que deambulan por la zona céntrica y que no tienen las herramientas o los conocimientos suficientes como para acceder al taller de un artesano donde poder comparar la mercancía de ambos lugares.
Los materiales que se utilizan para fabricar estos souvenirs, por supuesto, no proceden de Granada. Esto supone dos cosas. La primera es que se pierde el proceso tradicional de elaboración de esta cerámica. La segunda, es que se utilizan materiales mucho más baratos (normalmente plástico) que por cierto suelen provenir de otros lugares, frecuentemente muy lejanos y que por ende suponen una gran irresponsabilidad ambiental (recordemos el transporte que tienen que hacer los mismos desde dichos países).
La consecuencia de esto es una situación donde los artesanos no pueden competir con estos productos porque, al final, si el turista desconoce lo auténtico y/o el problema que hay en el sector, va a comprar lo que tenga más a mano, que suele ser lo que precisamente se ha fabricado para él.
La fundación que apoya su arraigo y permanencia: Fundación Fajalauza-Cecilio Morales
A fin de enfrentar la delicada situación antes expuesta, los sobrinos del mismísimo Cecilio Morales Moreno, que a sus 97 años sigue al pie del cañón en esta labor tan apasionante, han decidido poner en marcha una fundación.
Esta fundación tiene como fin preservar la cerámica auténtica estilo Fajalauza. Esto, a través no solo de promoción, sino también de reacondicionamiento de sus instalaciones. Incluso tienen en mente formar una escuela de cerámica Fajalauza para que, quien lo desee, aprenda esta maravillosa y distintiva técnica alfarera.
A día de hoy, se puede contribuir realizando donaciones para, entre otras cosas, ayudar a reparar una de sus cubiertas.
La famosa tienda de productos españoles que vende estos productos: Real Fábrica
Esta peculiar tienda madrileña ubicada en la calle Cervantes del barrio de las letras vende productos artesanales made in Spain que se fabrican desde siempre. Quizás no desde siempre, pero como si lo fueran. Las marcas artesanas con más historia, llevadas a cabo por varias generaciones de familias cada una, son puestas aquí en valor y a disposición del consumidor de forma física pero también online.
Entre ellas, no podía faltar la cerámica Fajalauza, que como su fundadora Rocío sabe, tiene más de cinco siglos de historia y forma parte de nuestra tradición artesana en España.
Ayudar a la Fajalauza a golpe de click
Por último, te propongo una forma alternativa de ayudar a esta alfarería granadina. Consiste simplemente en dar visibilidad a la misma por medio de tus redes sociales.
Puedes hacerlo compartiendo su contenido o creándolo tú mismo. También puedes hablar de lo que ocurre con la misma y contar qué realidad atraviesa o simplemente poner una de sus fotos en tus historias o perfil.
Con ello, estarás haciendo mucho más de lo que crees. Estarás dándole mayor alcance a esta artesanía granadina y serás parte del cambio. Plantarás semillas de curiosidad y de concienciación alrededor del globo. Nunca se sabe a quién o dónde puede llegar nuestro contenido.